¡Que se vayan todos! (¿Y los votantes qué?)

Ilustración editorial de un carrusel con maniquíes presidenciales y ciudadanos con smartphones, simbolizando la crisis política cíclica en Perú.

¿En qué momento, Zavalita, en qué momento?

¿Ahora mismo, con José Jerí? ¿Habrá sido con Dina o con su predecesor —y líder de lista— Pedro Castillo? ¿Fue acaso con Vizcarra? ¿O con PPK? ¿O más atrás, con Fujimori con su autogolpe o su reelección o su re-reelección? ¿O Alan, episodio 1? ¿O en la dictadura de Velasco? ¿Con Odría? ¿Sánchez Cerro, Leguía? ¿O con Piérola? ¿O con todos los caudillos que se sacaban hasta los ojos después de la Independencia?

Eso por preguntarme por algunos, que formalmente en la historia republicana del Perú son 65 presidentes. De esos, ocho han gobernado en los últimos 10 años. Si los promediamos, serían 15,7 meses por presidente. En Perú, se supone, el periodo presidencial es de cinco años.

Ya suena el rumor que ha acompañado la más fresca crisis de todas las crisis (¿suenan las redes sociales?): “que se vayan todos”. Por todos, se entienden, claro, los congresistas también.

Pero, ¿quién los puso ahí?

Vez tras vez, “que se vayan todos”, y entran otra vez “otorongos”, “comepollos”, “violines”, zurdos recalcitrantes, diestros vergonzosos, centristas de conveniencia, personajes de caricatura varios. Y “¡que se vayan todos de nuevo!”, el eslogan de las redes. Pero, una vez que se vayan todos y regresen los mismos o sus similares, ¿qué?

¿Alguien, algún día, hará un acto de conciencia sobre el propio voto? No público, digo, que el voto es secreto. Pero… ¿algún día?

Que publicar “estos no me representan” en X, Instagram y Facebook es más fácil que votar a conciencia, quiero decir. Que o de una vez este 2026 o seguimos en el carrusel y apuntamos a algún récord aún más patético.

“La locura es hacer lo mismo una y otra vez, pero esperando resultados diferentes”, que dicen que dijo Einstein pero no lo dijo.

*Ilustración: David Ramos, generada con IA (Abacus.AI/Seedream).

Los desafíos del periodismo digital y la inteligencia artificial Previous post Pongamos que hablo del periodismo digital (y sus demonios)
Primer plano con gafas de sol que reflejan un castillo y una calle principal de parque temático, cielo diurno con nubes. Next post Aquella vez que me robaron el teléfono y encontré el viaje

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *